El día 1 de diciembre del 2012, durante la primer presencia como Presidente de México de Enrique Peña Nieto en el Congreso de la Unión, se dio un fuerte enfrentamiento entre fuerzas policiales y gente que protestaba por estar en contra del regreso del PRI al poder Ejecutivo Nacional.

Hay sin embargo que ver qué es lo que sucedió con un poco de mayor detenimiento, pues en días posteriores, se están procesando a personas detenidas como responsables de estos hechos y que irán a dar a la cárcel en las próximas horas.

Por ello y por algunos videos que me han llegado, es que tomo estos puntos a considerar y que más adelante podrían formar parte de un artículo o investigaión más en forma.

Es importante recalcar que hubieron dos tipos diferentes de protesta:

1.- LA PACIFICA: lejana a cualquier tipo de agresión, donde la gente estaba claramente identificada y realizaban cantos, obras de teatro y marchas pacíficas sin afectar propiedad de ningún tipo, y

2.- LA VIOLENTA: esta marcha tenía como fin, evitar o tratar de evitar que Peña Nieto asumiera el poder en el Congreso. Esta marcha, fue directamente a atacar un cerco policial con una clara ofensiva: llevaban estructura, líderes, altavoces, estrategia, cascos, toletes, máscaras anti-gas, bombas molotov y demás, para incendiar al enemigo y hasta utilizaron un camión de basura de varias toneladas de peso, para estamparlo contra el cerco, incendiarlo, y poder abrir un boquete en el perímetro. Estas personas, pusieron en riesgo la vida de policías y funcionarios que solo estaban cumpliendo con su deber de resguardar un lugar, les causaron lesiones y heridas, provocaron daños patrimoniales a propiedad pública y privada y peor aún, no les dejaron más alternativa que defenderse. Y no hay defensa que no implique el uso de la fuerza pública.

La diferencia entre uno y otro grupo de manifestantes, no es poca.

Aquí hay que considerar algunos antecedentes que valdría la pena contestar:

1. ¿Por qué días antes, algunos legisladores intentaron quitar el cerco y vallas que habían puesto las policías y Estado Mayor para resguardar la zona? ¿Tienen ellos algo que ver con esta ofensiva? ¿Están detrás de quienes implementaron una estrategia ofensiva contra las fuerzas públicas?

2. ¿Por qué los organizadores de las protestas pacíficas NO TOMARON distancia y se desligaron por completo de los grupos agresores? Tenía al menos una semana corriendo en las redes, en grupos de FaceBook, Twitter y demás foros, rumores e información de que habría varios grupos que tratarían de atacar el cerco policial con cadenas, machetes, toletes, mascaras, bombas incendiarias y algunos hasta hablaban de armas. ¿Por qué, repito, no se alejaron de ahí? ¿Por qué no lo previeron? ¿Falta de experiencia?

Recuerdo que días antes de la marcha por la paz, en la que participamos miles de capitalinos, se habló de grupos de choque y los organizadores, con toda responsabilidad, comenzaron a reestructurar la marcha: vestir de blanco, no cantar consignas partidistas ni pancartas agresivas contra las creencias de nadie, cuidarnos unos a otros, pedir que medios vigilaran cada etapa, y mantenernos alejados de cualquier cerco policial. No se provocaría de ninguna forma a las autoridades. No se pondría en riesgo a nadie.

Resulta curioso que para la toma de protesta de Peña Nieto, los líderes de las marchas pacíficas, no solo no lo hicieron, sino que en algunos casos, hasta acompañaron a los grupos agresivos a las zonas de ataque y de conflicto, donde se dio la ofensiva. Por citar solamente un caso: ahí donde se destruyeron autos y casetas telefónicas, donde se incendiaron camiones, donde se lanzaban rocas y bombas molotov contra policías, estaban grupos cercanos a Epigmenio Ibarra, el YoSoy132 y estudiantes pacíficos. ¿Por qué esa irresponsabilidad de sus líderes?

Aquí es donde entra este video que me enviaron por twitter (gracias @Malakatonche) y que parece ser del momento en que resulta lesionado el activista que rápidamente cantó —equivocadamente— como muerto el legislador Monreal desde la tribuna: se trata de Juan Francisco Quinquedal (Kuykendall, (sic.)), profesor de teatro de 67 años y simpatizante de La Otra Campaña, adherente al EZLN.

NOTA: EL VIDEO ES FUERTE

El video que dura apenas unos segundos, es tomado desde el lado de la ofensiva del cerco policial, apenas a unos metros de las vallas donde se resguardan granaderos y policías del Distrito Federal y Federales.

Al inicio del video, se observa al fondo la activación de granadas de gas lacrimógeno para dispersar al contingente que ha atacado a la policía y el cerco que evita su paso. Hay que recalcar que la policía no inició el ataque.

Luego se observa de nuevo el cerco policial, y la cámara va a dar justo al contrario del cerco, donde hay policías tirando más gas lacrimógeno y algunos protestantes retirándose por este motivo. Se ven unos cubiertos del rostro y otros vestidos normalmente.

La cámara pasa entonces al frente y se observa por apenas una centésima, al profesor Juan Francisco Quinquedal caminando, luego se observa del lado izquierdo el camión de basura que los violentos trataron de usar para derribar el cerco policial, y en el frente, se observa una muchedumbre, rocas en el piso, agua o algún líquido (aparentemente para apagar el incendio del camión de basura), humo y en resumidas cuentas: caos.

Un momento después, el camarógrafo observa al profesor Quinquedal tirado en el suelo con una herida grave en el cráneo y se lamenta de la situación diciendo “hijos de su…”

Después el video se muestra en cámara lenta y aparentemente encuentra un arma disparando por sobre el cerco policial, una bala de goma volando por el aire, y el profesor herido en el suelo. Cuestión de segundos.

Si es que efectivamente eso es lo que sucedió (es muy difícil aseverarlo, pues no soy experto en videos y no sé si realmente eso es un cañón y una bala de goma), hay que puntualizar lo siguiente:

• El aparente cañón está en una altura superior a la de un ser humano normal. Todo indica que algún oficial lo puso entre la apertura del cerco por sobre su cabeza, sin detenerse a apuntar.
• El disparo parece hacerse por ende, al grupo del fondo que está en pleno enfrentamiento con uno o dos oficiales al descubierto, quienes huyen de una granada de gas (muy probablemente arrojada por ellos mismos) y de la multitud que corre en sentido opuesto
• Al encontrarse el profesor en medio de ambos grupos, pareciera que resulta accidentalmente herido en fuego cruzado.

Terrible. Herido de gravedad por estar en el momento equivocado en medio de un enfrentamiento.

En especial, porque las balas de goma, aunque no tienen una finalidad letal, pueden llegar a serlo si se disparan demasiado cerca, si hieren zonas frágiles del cuerpo, y un largo etcétera.

¿Debía la policía usar balas de goma?
Me parece que no en primera instancia. Las balas de goma debieran ser, por su peligrosidad, el último recurso. Hay al menos una decena de estudios que lo constatan. Por ello, mucho antes de usarlas, se debiera hacer uso de otro tipo de estrategias de defensa y dispersión, entre ellos, el lanzamiento de fuertes chorros de agua que resultan ser menos letales.

Esto me confirma que nuestra policía debe rediseñar sus procedimientos de defensa y dispersión de multitudes, además de recibir una muy seria capacitación al respecto para procurar que estas cosas no vuelvan a suceder.

Al poco rato, el ya Presidente Peña dejó el recinto legislativo y entonces fue que surgieron también grupos agresivos que se dedicaron a vandalizar la zona del centro histórico de la ciudad, para, se decía también, evitar que Peña Nieto llegara o saliera de Palacio Nacional.

Estos grupos agresivos, atacaron comercios, incendiaron de nuevo algunos vehículos, lanzaron rocas, hicieron pintas, rompieron cristales de hoteles, restaurantes y cafeterías, corretearon civiles, golpearon a varios, lanzaron petardos, robaron lo que pudieron y de nuevo, fueron en actitud ofensiva contra la policía que tenía que resguardar la zona.

Cuando la policía recibió la orden de arrestar a los vándalos, se fueron, hay que decirlo, contra cualquiera que se toparon, entre ellos, muchísimos que no cometieron ningún delito: marchantes inocentes, gente que estaba pasando por ahí o quienes estaban huyendo de la zona.

Es por ello que necesitamos, debemos, insistir en que reciban una mayor capacitación. Son cuerpos que nos deben brindar seguridad a todos los ciudadanos, y sin la adecuada capacitación, no tendremos ese resultado en casos como este.

Es claro, que los vándalos se confundieron con gente inocente. A los vándalos hay que castigarlos por sus delitos, pero a la gente inocente hay que ponerla en libertad de forma inmediata y castigar, los abusos de autoridad de la policía. De ello depende que como sociedad civil, podamos confiar que las personas que nos cuidan, son vigiladas también por nosotros y que los excesos no deben ser aceptados si queremos vivir en un Estado de derecho.

Comprendo que haya confusión en la zona, que no se sepa quien ataca y quien no, pero lo que no debemos aceptar como ciudadanía, es que se encarcele a nadie sin que se les demuestre su culpabilidad de forma fehaciente, porque nada peor que dejar sueltos a delincuentes… salvo dejar presos a inocentes.

Por último, a todos esos funcionarios y oficiales que hicieron su trabajo de forma profesional, sin abusos de ningún tipo: gracias, muchas gracias.

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