O acerca de la inseguridad y la guerra contra el narco.
Silence by circo de invierno

by circo de invierno

Soy hombre. Soy mexicano y por decisión propia, vivo en México. Soy católico. Soy ciudadano. Voto y hago valer mis derechos de la misma forma en que cumplo con mis obligaciones. Soy esposo. Soy maestro dos horas al día. Soy microempresario. Soy pagador de impuestos. Soy un padre de familia, común. Soy un hombre preocupado.

Sí, estoy preocupado, y enojado. Con mis vecinos e iguales, pero sobretodo con el gobierno que hemos elegido una y otra vez, sexenio a sexenio, incapaz siempre de proporcionarnos lo que es uno de sus deberes básicos y el motivo primigenio de su existencia: la seguridad de todos los que gobiernan.

¿Cómo es posible que llevemos tres –sí, T-R-E-S- sexenios con la misma cantaleta de siempre? Vamos a profesionalizar a la policía. Vamos a tomar en cuenta a la sociedad civil. Vamos a terminar la corrupción. Vamos a darles atole con el dedo y vamos a blah, blah, blah. ¿Qué nadie se ha dado cuenta de que éste ya es un asunto de seguridad nacional? ¿Qué se está haciendo imposible la vida en el país? ¿Qué el gobierno al no funcionar para lo que fue hecho, no funciona bien para nada más? ¿Qué nadie se ha dado cuenta de que por más de una década, las soluciones propuestas una y otra y otra y otra vez, han funcionado para un carajo? ¿Qué nadie se ha dado cuenta de que mientras Chile, o Colombia han mejorado sustancialmente en el último par de años, México sigue de bajada?

No, no me vengan con la tontería de que todo el problema viene de la pobreza, de que no hay empleos, o el credo absurdo de que el gobierno no tiene legitimidad. No me vengan con esas palabrerías vacías que se escupen sin pensar como se escupen las semillas de una sandía. En las comunidades más pobres, hay más seguridad que en las urbes. Yo he vivido meses de vacantes sin llenarse. Quien promueve la ingobernabilidad es un tercero que sólo quiere gobernar por gobernar y que cuando gobernó esta ciudad, sólo empeoró las cosas y construyó su campaña política… ¿Dónde están los expertos? ¿Las soluciones reales? ¿Los planes y las ideas nuevas? ¿Por qué piensan que con un discurso todo se va a arreglar? ¿Por qué toman un puesto de elección popular si no se atreverán a enfrentarse a los paradigmas de gobernar en la modernidad?

¿Pena de muerte? Me encantaría. Pero si el gobierno no ha logrado hacer que correos mexicanos funcione sin errores, ¿cómo quieren que les confíe la vida de una persona? ¿Pena de muerte a los secuestradores y delincuentes que sean hallados en el lugar del delito, infraganti, con testigos, al momento de rescatar a quien privaron de la libertad? Quizás, pero habría que garantizar muchos factores no evidentes, para evitar injusticias.

¿Qué confiemos? ¿Qué tengamos paciencia? ¿Qué la guerra contra el narco se está ganando? ¡Mentira! Esa guerra está perdida desde antes de ser concebida. El narcotráfico tiene muchos más recursos que cualquier gobierno. ¿Acaso la lógica no entra en los asuntos de Estado? El narcotráfico genera 500 mil millones de dólares al año. Para poder vencerlo en términos económicos, necesitaríamos dedicar el PIB de todo el país y olvidarnos de la salud, de la educación, de la producción, de los empleos, del campo, del combate a la pobreza y un largo etcétera. Y eso, sería temporal, porque donde hay demanda, habrá oferta siempre. Es decir, donde existan consumidores habrá productores, sin importar cuanto queramos evitarlo. Lo único que sucedería es que habría cambio de productores, nuevos serían, y el producto al ser más difícil de consumir, sería más caro.

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pic by Todd Huffman

¿Qué sucede cuando las drogas son más caras? Aumenta la violencia al común de los ciudadanos, a nosotros, los padres de familia, los esposos, los microempresarios, los maestros, las mujeres, los niños, los conductores de carros. ¿Por qué? Porque aumenta el tráfico y la defensa del producto. Aumentan las balaceras, y aumenta la cantidad de robos y delitos de los usuarios adictos que aunque está demostrado no son violentos, necesitan nuevas fuentes de ingresos para poder pagar sus vicios. ¿Acaso creen que se pondrán a trabajar para poder pagarlo? ¡Bah! Asaltos y robos es la opción número uno. El narcomenudista lo mismo. ¿Todo por qué? ¿Para que los americanos digan que hacemos su trabajo sucio? ¿Nos certifiquen?

Antes, las víctimas del narco eran principalmente entre los miembros de cárteles. A nadie sorprendía que mataran al que “andaba en malos pasos”. Ahora, con su guerra santa por la moralidad, las víctimas somos todos. Secuestros, asaltos, robos a un transeúnte, disparos a un chofer, a bebés, todos “saldos” de lo lindo que es creer en la mentira de que se está ganando la guerra al narco.

Yo, tengo una hija adicta. Es la mayor de mis hijos. Sé de primera mano el infierno que es vivir dependiente de sustancias que te matan, que te aletargan, que te hacen vivir la muerte en vida. Ahora, después de varios procesos de desintoxicación, está por graduarse de la carrera de artes plásticas. Ha estado “limpia” por cinco años. Fue una etapa muy difícil, no se la deseo a nadie. Pero jamás culpé al gobierno de su adicción, como no culpé de nadie a mi adicción a la nicotina, ni culpe del alcoholismo de mi abuelo al Estado. ¿La guerra al narco me asegura que mi hija nunca más volverá a drogarse? No sean imbéciles. Nada me lo asegura. Ni nadie me asegura que mis otros hijos no caigan en los mismos pasos. A como yo lo veo, los únicos responsables de eso fuimos su madre y yo, el ambiente en el que se movió.¡Por favor, no me quieran ver la cara de…!

¿De qué si culparía al gobierno? De que me maten a mi mujer en un asalto, de no poder salir a caminar con mis perros, de no vivir tranquilo, de que me secuestren a uno de mis vástagos. Las víctimas de la inseguridad somos muchos más que las víctimas del tráfico de estupefacientes. No conozco a nadie que haya sido asesinado por traficar drogas, jamás me he movido en ese ambiente, pero a mi secretaria, a mi hermano, a mi vecina, a mis empleados, a mi madre y a mí, nos han asaltado, nos han amenazado, hemos visto un arma que está a un soplido de arrancarnos la vida.

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by jelleprings

Como bien dice Ricardo Valenzuela, “al inicio de la prohibición del alcohol en EU, en Nueva York se contaban 10,000 bares, al eliminarla 13 años después, los bares “ilegales” neoyorquinos llegaban a 35,000. Oferta y demanda siempre se encontraran, legal o ilegalmente”. ¿Entonces, porqué demonios no despenalizan las drogas? ¿Por qué ningún país lo ha hecho antes? ¡Yo voté por Calderón pensando que tendría los pantalones de afrontar estos asuntos con realismo y no con cinismo! ¿Que sería peor? ¿Quién dice? ¿Con qué argumentos? Los productores dejarían la clandestinidad, pagarían impuestos que servirían para la prevención de la adicción como para la desintoxicación, para mejorar los servicios de salud, sueldos de profesores y maestros, policías y médicos. Los productores tendrían competencia, bajarían los precios, disminuiría la violencia del consumidor y se acabaría con la violencia del traficante. Llevarían inventarios, proveedores, crecería el campo, serían empresarios respetados como hoy en día lo son los dueños de la Domecq, del Tequila Cuervo… ¿Que habría más adictos? No lo creo. Cada día somos más conscientes de nuestra salud. Cada día hay más alcohólicos en tratamiento, cada día fumamos menos y menos personas, y desde que tengo memoria, las drogas han estado a disposición de todos siempre. Solo hace falta buscarlas y en media hora tienes una ración. ¡Yo reto a cualquiera a no encontrar una dosis un día! El despenalizarlas no provocaría que la gente las encuentre más fácil de lo que ya es ahora. ¿Que los Estados Unidos no lo permitirían? ¡Lo mismo se dijo de la expropiación del petróleo en la época de Cárdenas!

No señores, no. Necesitamos quitarnos de esa estúpida guerra contra el narco y dedicar esos millonarios recursos para preparar a las fuerzas del orden, para pagarles un sueldo decoroso, comparable con el de los policías de los países que menos inseguridad tienen. ¿Qué le importa a un policía mexicano cuidar su empleo si ganará más vendiendo piratería en el sector informal? Se necesita devolverles la dignidad, el amor por el servicio, el orgullo por el uniforme. ¿Hace cuanto no escuchan a un niño que quiera ser policía cuando crezca? Hacer un organismo independiente y autónomo que los regule, supervise, coordine y condene cuando hagan las cosas mal.

Necesitamos evitarles a los ciudadanos la molestia y problemas de la denuncia. Necesitamos seguimiento e investigación de los delitos, necesitamos condenas. Inyectarle también serios recursos al poder judicial para que más casos sean resueltos antes en tribunales. Traernos al grupo élite del Mossad que atrapó al mochaorejas, pagarles lo que sea. Necesitamos educación. Clases de civismo. Campañas efectivas como las del consejo de la comunicación. También necesitamos más cárceles, de baja y alta peligrosidad. Meter por ejemplo, a todos los secuestradores y asaltantes a mano armada, a que paguen de la forma más dura: un penal como el De La Palma de máxima seguridad, donde no pueden hablar con absolutamente nadie, donde no tienen ventanas, ni compañeros de celda, y sólo media hora de sol, donde están vigilados las 24 horas los 365 días del año. ¿Que no hay recursos? ¡Pongan a los reos a trabajos forzados! ¡Bastante cuesta mantenerlos como para que no generen beneficios a la sociedad que han traicionado!

Y el clero también tiene que hacer algo. Se lo reclamo como católico que soy. Excomunión ipso facto contra quien atente contra la vida de alguien. Excomunión ipso facto contra quien secuestre, robe, asalte, amague con un cuchillo o apunte una pistola a un inocente. El cardenal Norberto Rivera, el Papa y todos los que sean, debieran salir en televisión y en cada Iglesia y en cada parroquia, condenándolos al infierno por su excomunión, a todos aquellos que sean criminales y a todos aquellos que colaboren con ellos o que sepan de sus andanzas y no los denuncien.

Sí, eso. Necesitamos pantalones en el gobierno y organismos de poder, no que nos pidan una y otra vez, que estemos unidos como población. Sépanlo. Estamos unidos. Nadie quiere seguir con la inseguridad. Pero sepan también que el pueblo no puede ni debe tomar la justicia en su propia mano. Para eso existe el gobierno, para eso fue creado: dotar a un organismo del poder de todo el pueblo para que ejerza el mismo. Déjense de dogmatismo, de palabrerías. Deje el peje de decir que es por Calderón y el PAN por Marcelo y el comercio informal y el PRI por todos y todos por ninguno. ¡Hagan algo, rompan paradigmas, sean creativos, tengan pantalones para promover el cambio, porque señores, en este asunto, como con las escaleras, sólo se puede barrer de arriba hacia abajo!

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