Hace casi un mes, un lector me dijo que tendría pruebas de que el asunto de Protengia y Edgar Arroyo sería verdad.

A la fecha, no he recibido prueba coherente, fehaciente, objetiva, ni irrefutable. No me sorprende, debo decir.

Lo que sí me llama la atención, es la cantidad de respuestas, opiniones, comentarios y correos electrónicos con tonalidades agresivas, subjetivas y demés, que como le decáa a Ramón Mier (responsable de descubrir el asunto), son todas hechas por “expertos”, que dicen tener “pruebas irrefutables” que nunca muestran. También de prominentes médicos reconocidos sólo en su casa, de quienes tienen experiencia utilizando el producto, diciendo se sienten “muy bien” y SIEMPRE, acusan de atacar el éxito de un mexicano… Idénticos perfiles todos… Subjetivos todos, enamorados todos, de siempre identificarse con las causas del débil, del indefenso, y que por seguir sus emociones no “pierden el tiempo” en encontrar la verdad y no buscan, no investigan. … No les interesa.


¿Por qué entonces, parece que contra toda razón, el hombre gusta de creer cosas sin fundamentos?

Aquí se los responde Michael Shermer en un largo vídeo (17 mins) que bien vale la pena, por que además de ser divertido, es MUY ilustrativo. Espero lo disfruten como yo. Y les recomiendo ponerle pausa hasta que se termine de cargar para poder verlo completo.

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