Alguien no está contento

Pic by tj scene

Como algunos de ustedes sabrán, llevo muchos años haciendo investigación sobre el periodo del Presidente Lázaro Cárdenas para efecto de la novela que escribo, y ahora que está tan de moda el asunto de la posible reforma energética para la asociación estratégica de PEMEX con inversiones de capital privado (por más que diga en persuasivos discursos populistas, no se habla ahí jamás de privatización), me parece adecuado retomar un poco del contexto histórico que se vivió en la época de la expropiación petrolera, para que cada quien tenga un poco más herramientas para formarse un criterio propio basado en hechos reales y no tanto en dogmas heroicos y retóricos del antes y del ahora.

Historia Conocida:

    El 16 de agosto de 1935 se constituyó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y una de sus primeras acciones fue la redacción de un proyecto de contrato en el que se solicitaba una jornada de 40 horas y el pago del salario completo en caso de enfermedad (es importante mencionar, que el Seguro Social no existió en México sino hasta casi 10 años después, por lo que los obreros de cualquier sector, eran muchas veces, víctimas de abusos y usos de los directivos de cualquier industria).

    El 17 de mayo del 37, el sindicato emplazó a huelga en caso de no cumplirse su demanda, estallando formalmente el 31 de mayo.

    Una coalición de las principales compañías petroleras (17 para ser exactos), se negó a aceptar las peticiones del sindicato afirmando –falsamente- que no tenían los recursos suficientes para hacer frente a tales demandas.

    El caso se turnó entonces a la Junta de Conciliación Arbitraje que el 18 de diciembre de 1937, falló que las compañías petroleras debían aceptar el contrato colectivo, además de pagar 26 millones de pesos por concepto de salarios y sueldos caídos.

    Entonces, estas 17 Compañías Petroleras (habían más, mismas que no sufrieron de la expropiación), se declararon en franca rebeldía contra el mandato de la Junta, y se negaron a abrir sus instalaciones a los obreros petroleros sindicalizados, argumentando que preferían perder más dinero al no producir una gota de petróleo, que pagar tales indemnizaciones, presentando además, un amparo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el día 2 de enero de 1938.

    El 1 de marzo de 1938, el máximo tribunal falló en contra de tales empresas –compuestas por accionistas extranjeros y nacionales- y señaló como tiempo límite para el pago de la pena económica, el día 7 de marzo del mismo año.

    El presidente Cárdenas, se reunió con las empresas los días 3, 6 y 7 de marzo para respaldar la decisión del poder judicial, pero aún así, las Compañías Petroleras se negaron a liberar sus cuentas bancarias y a conceder el acceso a sus instalaciones, a todo empleado que fuera miembro del sindicato.

    Una semana después, y después de estar casi un año con importantes desabastos de combustibles a lo largo y ancho de la república, el 18 de marzo de 1938, a las 10 de la noche, el Presidente Cárdenas decretó la expropiación de las mismas, para asegurar el suministro combustible y hacer cumplir el fallo de la Junta de Conciliación y Arbitraje y de la Suprema Corte de Justicia. Este hecho, fue consumado gracias a la Ley de Expropiación del 23 de noviembre de 1936.

    El 23 de marzo del mismo año, se reunieron miles de personas de todas las clases sociales en una “masiva” manifestación de respaldo al gobierno de México, donando algunas de sus posesiones para cubrir la indemnización que se pagó a los accionistas de tales empresas. Cabe destacar, que las colectas y la emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras, estuvieron lejos de solucionar el problema económico… aún así, el gobierno pagó de sus arcas, impresionantes cantidades monetarias por la nacionalización de las empresas, otrora, privadas.



La Historia Secreta de la Expropiación:

En el año de 1938, el mundo sufría de una gran recesión económica. En muchos países del mundo, cantidad de gente había amarrado todas sus pertenencias a antiguos automóviles y camionetas, e inició su salida del campo para entrar a morir de hambre a las ciudades. Huelgas surgían por todos lados; desde China hasta Washington. Era el auge del comunismo, el nacimiento de la conciencia proletaria, la era del descontento, el resurgimiento del clasismo. Los ricos culpaban a los pobres, los pobres al gobierno, el gobierno al comunismo, el comunismo a los ricos y al fascismo y el fascismo culpaba al comunismo, a los pobres y al desorden.

En 1938, se sentaron las bases para la época de todos contra todos, y para justificarlo no faltaba ideología. No faltó cuando Japón invadió Shangai . Tampoco faltó cuando se quemó el edificio del parlamento alemán, culpando Hitler a los comunistas de provocar el atentado y justificando con ello, con gran apoyo de la población germana, la suspensión de las garantías individuales, hecho que lo consumó como dictador . No faltó la ideología ni cuando se buscaron culpables del secuestro del hijo del Lindberg , ni en la Huelga General de Francia , donde cada bando culpó al otro de hacer un complot contra la economía, y mucho menos faltó ideología cuando Franco comenzó la maldita Guerra Civil . ¿Izquierda o Derecha?… ¿Solucionista u Anarquista?… ¿Clericalismo o anticlericalismo?… ¿Católico o diabólico?… ¿Comunismo?… ¿Socialismo?… ¿Liberalismo?… ¿Fascismo?…¿Anti-sionismo? No había términos medios. Debía ser blanco o debía ser negro; malo o bueno… Con la excusa de ponerle un alto a la conspiración comunista mundial, Benito Mussolini toma fuerza. Stalin viceversa. Todo el mundo pacta con unos y con otros. Toda Europa quiere estar de algún lado y dominar el nuevo Orden Mundial. Chamberlain de la Gran Bretaña , Daladier de Francia, Mussolini y Hitler (nombrado el “hombre del año 38, por la Revista Time), deciden sobre la suerte de los territorios ocupados, cada bando va planeando lo que se terminará conociendo como la Segunda Guerra Mundial: el 12 de marzo Alemania invade Austria y declara al Mundo la proclamación del Anschluss; se logran los primeros grandes pasos en la expansión de Alemania largamente deseada por los nazis y esperada por el resto del mundo, especialmente por el Presidente Norteamericano, Franklin Delano Roosevelt.- Extracto de mi novela

¿El 18 de marzo de 1938, el valiente, honesto, consciente, bravo y templado, orgulloso y virtuoso pueblo de México, liderado por el Presidente General Lázaro Cárdenas del Río (también conocido en esas ápocas como “el huevos de oro” o el “big-lips”) tomó una decisión soberana y unilateral para de una buena vez por todas, sacudirse del imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México? ¿Cómo es posible que los norteamericanos no hayan invadido para defender sus intereses? ¿Lograron la fuerza y la unión de los abnegados mexicanos que salieron a las calles a donar sus pocas pertenencias, doblegar al monstruoso espíritu de los yankis?

Todas las fuentes documentales indican que no; muy a pesar de las décadas de educación oficial y retahílas que todos hemos escuchado y aprendido cual dogma religioso… Muy al contrario, parece de hecho, que Roosevelt no solo aprobó sino que promovió con Cárdenas la nacionalización de la industria petrolera mexicana.

¿Por qué? Porque el presidente Roosevelt estimó que los dueños de Compañías Petroleras en México, ofrecerían el petróleo al mejor postor en época de guerra, y el mejor postor era la Alemania Nazi (no se olvide el lector, que entre otros, los Rockefeller y los Ford, eran total y completamente antisemitas y apoyaban con recursos y discursos, a los Nazis en su labor de exterminio judío). Además, si se cumplían sus expectativas en cuanto a las guerras en Europa, cabía la posibilidad que los germanos ocuparan a Holanda, Los países Bajos, Francia y a la Gran Bretaña –entre otros países- y con ello, ganaran el derecho de controlar el papel de socios accionistas mayoritarios de las empresas de tales naciones vencidas, por lo que en otras palabras, asegurando su apoyo a la expropiación, el presidente norteamericano aseguró el suministro de petróleo que tanto necesitaría de nuestro país en su incursión en la guerra intercontinental…

Para confirmarlo, solo hace falta leer lo que aquel 18 de marzo a las 10 de la noche, leyó el Presidente Cárdenas en su orden nacionalizadora:

Y como pudiera ser que los intereses que se debaten en forma acalorada en el ambiente internacional, pudieran tener de este acto de exclusiva soberanía y dignidad nacional que consumamos, una desviación de materia primas, primordiales para la lucha en que están empeñadas las más poderosas naciones, queremos decir que nuestra explotación petrolífera no se apartará un sólo ápice de la solidaridad moral que nuestro país mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes deseamos asegurar que la expropiación decretada sólo se dirige a eliminar obstáculos de gruposque no sienten la necesidad evolucionista de los pueblos, ni les dolería ser ellos mismos quienes entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias que tienen que reportar las masa populares y las naciones en conflicto”.– Fraccion del texto leído por el Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, en Palacio Nacional el 18 de marzo de 1938, decretando la Nacionalización de la Industria Petrolera en México

Alguien no está contento

Pic by tasunaka witko

Año 2008
En ninguna parte del texto propuesto para la reforma energética presentada por el poder Ejecutivo de la Nación, se encuentra la posibilidad de privatizar el petróleo de México. Ahora, las condiciones nacionales y mundiales, tanto para los obreros como para los gobiernos, son ciertamente muy diferentes a las de entonces.

Y México, hoy en día, junto con la Corea comunista, son las únicas dos naciones del mundo entero (y sí, incluyendo la nación estrellada del DictarHugo Chavez), en las que no es posible extraer petróleo salvo para las empresas paraestatales. La Cuba (a pesar) de Fidel Castro, y Brasil, lo permiten desde hace tiempo y ha sido tan buena la solución, que en el caso de este último, tiene hoy en día ya más reservas que la propia PEMEX cuando hace 11 años que se implantó, no nos llegaba ni a los tobillos (y sí, la propuesta presentada por el Ejecutivo, es increíblemente similar a la que se hizo en Petrobrás en 1997).

¿Cuáles son entonces las razones para oponerse tan vehementemente a discutir cualquier cosa por parte de AMLO y el FAP? ¿Desestabilización? Si así fuera, eso sí es traición a la Patria, ¿no es cierto?… ¿Qué argumentos tienen esos que opinan absurdamente que “hay que dar la vida” para evitar este “saqueo a la nación”? No lo sé, pero ciertamente no son nada racionales. Son si acaso, seguidores fanáticos como fanáticos hay que se inflingen heridas en el cuerpo porque “Dios lo pide”…

Y ciertamente, parece que ni nuestros intelectuales saben de historia ni Bush sabe de la Política del Buen Vecino para combatir a Venezuela, pero eso, es materia ya de otro artículo…

If you enjoyed this post, make sure you subscribe to my RSS feed!