fue la argentina Cecilia Romana; quien alguna vez dijo que “escribir es la única forma de salvarte” (frase que personalmente me dice, vale la pena leerla sin importar premio alguno) Lo ganó con la obra “No lo conozcas“, y antes de éste premio, había ganado el de poesía Sor Juana Inés de la Cruz. Felicitaciones pues, a Cecilia.

Y aquí un fragmento de uno de sus pasados poemas:
ARROYO VEGA

¿Dormís, Vega?
Porque soñé que me regresaban tus huesos.
Los tiraban como balones sobre el agua.

Gritó: no así. Guárdense de voltear
sus libros en el río. Guárdense
de la saña de una mujer pelirroja.

Y los tiraban igual.

Me desperté para contarlo pero
he vuelto a dormirme.

Mi cama avanza
bajo la arcada del sueño.

Con esta boca embebida en lo discreto puedo alimentarme.
También puedo tragar agua y dejarme revolcar por las olas.

Estás lejos. Salgo de mi casa para verte duplicado en otros,
pero soy blanco de mil imprecaciones.

No estoy dispuesta a recibir aguijones. Cargo mi mochila,
me pongo los auriculares. En la feria un vendedor de anillos
está vestido de azul. Te imagino entrando al mar.
El abdomen como una quilla de cedro. Todos tienen algo
parecido a vos. Recuerdo tu remera, tus pantalones en el suelo.
Lo último que dijiste: estás lista para enamorarte,
y un camión que calló todo a nuestro alrededor y nos dejó
completamente solos, de antemano.

Pretendí ajustarme a reglas varoniles.
Le pregunté si deseaba
que tuviéramos hijos: por supuesto,
respondió, el ensayo suele ser
un cometido sencillo.

Me siento como una carpa
armada por principiantes.
La ventisca más débil
me cimbrea hasta los pies.

Si fuera mano me abofetearía…

Artículo Relacionado: Por la boca vive el pez, en el blog de la Costaricense Julia Ardón.

If you enjoyed this post, make sure you subscribe to my RSS feed!