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Tocaron a la puerta del despacho presidencial.
Impecablemente vestido con traje negro, e inusualmente portando la banda presidencial, símbolo inequívoco de su poder, el jefe del Ejecutivo Federal dejó las hojas que había estado leyendo y se puso de pie y en marcha hasta el magno salón Juárez, donde ya lo esperaba su gabinete completo y ampliado.

A su derecha, representantes del Senado y la Cámara de Diputados, a su izquierda, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Todos a cuadro. El Presidente los saluda de mano y se coloca al centro. A todos se les observa muy serios.

– Mensaje a la Nación en 10- dice una voz que coordina las cámaras y demás aparatos técnicos y de sonido.
– Lo felicito, señor Presidente- le dijo el máximo magistrado de la nación – esto le hace falta a México
– Mensaje a la Nación en 5, en 4, 3, 2…

Mexicanas y mexicanos:

En mi calidad de representante del Poder Ejecutivo de la Nación, y asumiendo las funciones del encargo de Presidente con el que el pueblo de México me ha favorecido, he convocado a todos los medios de comunicación para llegar a todos ustedes sin importar el lugar del territorio en el que se encuentren.

Gracias al esfuerzo de todas y todos, México va bien, muy bien. Cada día que transcurre, nos encontramos más cerca de la patria próspera, justa y democrática que soñaron nuestros padres, por la que pelearon nuestros hermanos y que nuestros hijos merecen.

Y esto, ha sido posible gracias al esfuerzo de todas y todos los que buscamos un mejor futuro, sin importar su edad, partido político, condición social ni preferencias religiosas.

Sin embargo, como mucho lo han escuchado, y más allá de la simple frase, sabemos todos que aún queda mucho por hacer.

Resulta vital, que ahora los mexicanos nos encontremos unidos para que podamos defender nuestras legítimas instituciones y así, acercar los beneficios de la estabilidad económica hacia los menos favorecidos, en empleo y mejores oportunidades y programas sociales. Ese, mexicanas y mexicanos, es el siguiente paso a seguir.

Si de algo se ha distinguido mi gobierno, es de no caer ni en provocaciones ni en las antiguas prácticas de gobiernos que mucho daño hicieron a México. Si de algo se ha distinguido mi administración, es de siempre propiciar el diálogo y jamás, censurar a los que han pensado diferente. Ni promoví el veto de la película del Padre Amaro, ni detuve la iniciativa de la pastilla del día siguiente, ni mi gobierno censuró jamás, obra artística por su temática… En otras palabras, si de algo se ha distinguido mi gobierno, es de nunca atenazar a los que han mostrado diferencias en sus puntos de vista. Ya fuera Atenco, o los conflictos mineros, ya fuera la libertad de prensa y expresión (incluidas caricaturas y burlas hacia mi persona a las que nunca he respondido) o la Convención Nacional Democrática que se mantuvo bloqueando principales avenidas en la ciudad de México, jamás en mi gestión se utilizó la represión contra los reclamos y expresiones legítimos de nadie.

Es por este motivo, que junto con todo mi gabinete y representantes de los poderes legislativos y judicial, hoy me atrevo a interrumpirlos de sus diarias actividades para hacer una clara diferenciación entre lo que es represión, y lo que es el uso y movilización legítima y mesurada de la fuerza pública.

Oaxaca, es hoy tierra de nadie. Sus niñas y niños, sus indígenas, ancianos y personas menos favorecidas, son víctimas de un grupo ilegítimo, cuyos intereses polóticos se resumen en la obtención de mayores sueldos para sus líderes, y la remoción del gobernador priista Ulises Ramírez Ruiz.

Las y los mexicanos y las y los oaxaqueños, han cumplido con su parte. Han trabajado todos los días por un mejor futuro y han resistido todo tipo de tropelías y atropellos que estos grupos les han impuesto, que van desde perder sus empleos, el turismo que es su principal fuente de ingresos, hasta evitar la libre circulación por sus calles… y ahora, le toca a mi administración hacer su parte.

Ciertamente, el gobierno priista de Oaxaca, no ha sido favorable al proyecto del partido que me respaldó durante las elecciones, sin embargo, en este nuevo México de instituciones, de apego a la legalidad y de separación de poderes, no es ni será función del Presidente, el imponer y remover gobernadores a su gusto y capricho. Por eso, hemos luchado muchísimos años y no estoy dispuesto a retroceder ni un solo paso en los logros obtenidos en y para nuestra democracia.

La razón de ser del Estado democrático, es el poder que el pueblo le ha conferido en las urnas para llevar a cabo lo que como individuos solos, no podemos realizar, que es mantener el orden, la estabilidad, y el respeto a las leyes y la defensa de los derechos naturales de todo ser humano y que nadie debiera violentar.

Juarez comprendía muy bien este mandato, y por eso dijo que el respeto al derecho ajeno, es la paz.

¿Hasta dónde llega el derecho de manifestación de los grupos políticos de Oaxaca?… Hasta donde comienza el derecho de los ciudadanos y pobladores de ese hermoso Estado de la Federación; el derecho de ganarse la vida con un trabajo digno, de poder circular por sus calles, de poder ir al médico y conseguir atención para sus padecimientos y enfermedades, del derecho de ser gobernados por quien eligieron en las urnas.

Es cierto, el priista Ulises Ruiz fue electo con un margen muy pequeño. Sin embargo, resultó triunfador y por ende, es el gobernador constitucional del Estado de Oaxaca. Y buscar su remoción por los intereses de un grupo violento, sería tanto como decir que la democracia no sirve para nada, que en México queremos regresar a antiguas prácticas de usurpación según el gusto del Presidente en turno. Sería lo mismo que decir que vale más la voz de unos cuantos que gritan mucho, que el voto de millones de personas que en silencio buscan vivir en paz y ganarse la vida honradamente…

Por eso mismo, es mi deber histórico no mantenerme callado. Ya pasó la época en que el Presidente, el Virrey o el líder, imponía a quien sus intereses gustaba, y los demás debíamos agachar la vista… Para ello, el pueblo, la gente, ustedes, sus amigos, familiares y vecinos, desde el año 2000 han cedido el uso de la fuerza legítima para que sea sólo el gobierno legítimo quien la concentre en un monopolio y la aplique de acuerdo a reglas y leyes muy claras, sin abusos y cuidando sólo que los intereses populares, sean defendidos sobre los intereses de unos cuantos.

Esto es pues, un llamado a las bases y cúpulas de la APPO y sindicatos de maestros de Oaxaca: señores, México es ya otro país.

Por eso, desde aquí por los medios de comunicación impresos, radiales y televisivos y a través de misivas que he enviado a sus líderes, como Presidente Constitucional de Los Estados Unidos Mexicanos, y por el poder que todas y todos los mexicanos me han conferido, les comunico que tienen un plazo de 12 horas para cambiar su estrategia y abandonar el uso sectario del secuestro, la fuerza ilegítima y el sometimiento del pueblo de Oaxaca para la persecución de sus intereses particulares.

Que quede muy claro. Al gobierno federal, no le corresponde la remoción de ningún gobernador ni de nadie que haya sido electo democráticamente. Sin embargo, al gobierno federal sí le corresponde el uso de la fuerza pública para respetar y hacer respetar las leyes de nuestro país.

Por ello, he girado instrucciones a la Policía Federal Preventiva y al Ejército Mexicano, para que a partir de las doce horas del día de mañana, hagan presencia en el Estado de Oaxaca y arresten a todos aquellos que impidan la vida normal de sus habitantes y violen las garantías individuales de terceros.

He solicitado también a representantes de la ONU, de la prensa nacional y extranjera y miembros de organizaciones de derechos humanos, su presencia en el lugar como garantes de que no exista -como existió en el 68- ni del lado de la autoridad ni del lado de los rebeldes, represión ninguna ni uso arbitrario e indiscriminado de la violencia.

Los regimientos de la PFP irán siempre al frente, completamente desarmados, sin siquiera portar toletes, procurando que el proceso de desalojo sea pacífico. Sin embargo, estarán respaldados y protegidos a la retaguardia por el ejército, quienes tienen la orden de proteger la vida de terceros, transeúntes, vecinos, y desde luego, de la policía federal. Que no les quepa duda alguna que responderán a cualquier agresión armada que se pudiera presentar. Por favor, les ruego a todos los interesados, que no lleguemos al punto de las armas. Tienen doce horas para levantar sus barricadas y cambiar de estrategia. Tienen 12 horas para comenzar su lucha por los causes legales y de la negociación. Yo mismo me ofrezco como interlocutor…

Todas y todos los mexicanos, hemos acabado ya con el nacionalismo revolucionario para alcanzar una nueva cultura política democrática. Y esta es la demostración. No más imposiciones. No más caprichos de líderes. No más indiferencia de los gobiernos. Avancemos pues, todos juntos con México, como mujeres y hombres libres.

Agradezco, mexicanas y mexicanos, su atención a este llamado a la cordura. Agradezco su apoyo y su interés. Que sepa el Mundo que México está en otra etapa de su historia. Y sabemos todos, que este, el camino de la legalidad es el camino a seguir.

– ¡Listo! – gritó la voz que indicaba había terminado la trasmisión por todas las cadenas y estaciones de radio y televisión. Pronto, se escuchó un sonoro aplauso de todos los presentes. El Presidente asintió con humildad, pues en realidad no tiene ninguna intención de celebrar nada. Se siente algo triste, cansado. Y aunque no le gustó tomar la medida, sabe que es su obligación. Y la cumplirá a cabalidad. Sin celebraciones de ningún tipo.

Se despide de los que lo rodean, y le responde al Ministro de Justicia: – seré pues, juzgado por mis actos. Esperemos que cada quien haga lo que le corresponde, incluida la propia historia –

Actualización (28 Sept 2006)
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