Con el cabello canoso e impecablemente vestido con un traje de dos piezas a raya de gis, aqu�l empresario que gusta llegar anticipadamente a sus citas para comer, baja de un autom�vil llamativo y entra a su restaurante favorito. El estilo del lugar es contempor�neo, con detalles a madera tosca y fusi�n de materiales, lo que le da un invariable toque de adinerado circo moderno…

– Se�or � le dice con aire confidencial el capit�n de meseros, como siempre elegantemente vestido y con zapatos perfectamente lustrados � me temo que su acompa�ante lleg� antes de tiempo. En respuesta, el hombre levant� la ceja derecha y asintiendo con aire grandilocuente, se dirigi� sin mayores pre�mbulos hacia �La Mesa del Chef�, un �rea privada exclusiva donde el reconocido Chef del lugar atiende personalmente a cada uno de los antojos de los comensales.

Despu�s de un saludo efusivo y el cl�sico abrazo impersonal de los pol�ticos, tomaron ambos su lugar en la mesa y comenzaron una charla tan vac�a como informal. Entonces, y para no perder m�s el tiempo, el empresario decide llamar al intendente y ordena por ambos un martini seco, �cl�sico, sin puter�as modernas sabor a mariconadas�, y un Carpaccio de Avestruz Real, preparado con bals�mico y jengibre.

-Has llegado temprano- le dijo el hombre canoso a su interlocutor una vez que se quedaron solos.
-Lo s� � se disculpa el otro � pero el Presidente me ha pedido que hable contigo urgentemente…
-Soy todo o�dos � replic� el empresario con aire serio mientras gustoso, observ� el sudor en la frente de su invitado, cosa que disfrut� mucho pues supo de inmediato que en esta charla, �l con todas sus canas tendr�a el sart�n por el mango.
-Todos est�n preocupados. Nadie en realidad sabe qu� suceder� con los Bribiesca, pero consideramos que el asunto ya ha ido demasiado lejos�
-Pues debieron comportarse � le interrumpi� con aire solemne el empresario.
-Dej�monos de chingaderas. A ti y a m� nos gusta ir directo al grano� respondi� el hombre de las confianzas del Presidente con hosquedad. �Todos sabemos que t� eres el menos indicado para emitir esos juicios de valor� y el asunto de fondo, es que pensamos que todo el enredo tiene tu firma: lo lleva una diputada despechada de amor que se piensa ella debiera ser la Primera Dama, la consultor�a encargada fue pagada con dinero del PRD, todo el movimiento es inconstitucional, y adem�s, al no poder comprob�rseles culpa alguna, se les lincha en medios de comunicaci�n para que quien juzgue no sea un juez, si no la opini�n p�blica.
El canoso hombre dio un fuerte sorbo a su trago, y con desgano e iron�a, pregunt� el porqu� de lo inconstitucional.
– T� sabes muy bien que es atribuci�n exclusiva del Ministerio P�blico la investigaci�n y persecuci�n de delitos. No del congreso. Los diputados no pueden investigar a personas particulares y privadas que no sostienen cargos p�blicos. �Es el art�culo 21 de la carta magna!
– S�, s�, eso lo s� perfectamente � respondi� el canoso empresario con una mueca que demostraba poco inter�s en el asunto.
– Y lo peor de todo, es que con esto afectas la campa�a de nuestro candidato y le das m�s argumentos al otro � respondi� con la voz quebrada por el enojo y seca por el vermouth. � El Presidente me pidi� que te recordara� � agreg� recuperando la compostura como aqu�l que sabe que tiene un As bajo la manga � �que tu podr�as ser de los perjudicados�

Por primera vez en toda la conversaci�n, el hombre canoso dej� su trago sobre la mesa y mir� directamente a los ojos a su interlocutor: Por favor, no te atrevas a insultar mi inteligencia- le respondi� con voz firme y agresiva. -T� mejor que nadie, sabes que no soy ning�n pendejo. Si esto beneficia al otro candidato, es porque con �l ya pactamos, ya decidimos que gane �l porque lo tenemos agarrado de las pelotas y por ende, �l ser� el que mejor nos cuide el pr�ximo sexenio� Para entonces, el actual Presidente no podr� darnos garant�as� Y yo, siempre he tenido la derecha en el bolsillo y la izquierda en el coraz�n� – sentenci� con falsa nostalgia.
El hombre de las confianzas del Ejecutivo se qued� boquiabierto. No se esperaba esa respuesta y por ende, no atin� m�s que a balbucear algo as� como �No puedo creer que seas tan mal agradecido��
– No, no- replic� el poderoso hombre. �Eso nunca. Dile de mi parte al Presidente, que por favor me comprenda. Esto es asunto de negocios, nada personal y jam�s he querido afectarlo. Esto s�lo tiene la intenci�n de debilitar a su candidato�
– �No lo niegues! �Esto es personal! �Vas contra su esposa! -replic� el otro a�n anonadado.
– S�, ella es la principal perjudicada, pero no el Presidente. Por eso es que ha sido tan mal sustentado todo. Porque s� perfectamente que de esta manera le dejo al Presidente dos efugios para que salga ileso, si eso es lo que �l desea: Puede precisamente pelear la inconstitucionalidad, o puede ordenar a alguien de confianza que la PGR integre mal el expediente, les hagan juicio federal antes de las elecciones de julio, y salgan librados por el mismo concepto, con el beneficio de que seg�n la ley, nadie puede ser juzgado dos veces por un mismo delito� Y eso, es mucho m�s de lo que �l jam�s hizo por m�…

En ese momento se abri� la puerta del privado y entraron el Capit�n y el Chef en Jefe y les pregunt� si los se�ores deseaban ordenar de comer. �Gracias� dijo el hombre canoso, �El Chef Werlie es una belleza en la cocina�, coment� hacia su interlocutor, cuyo rostro a�n descompuesto contrastaba con su m�s amplia sonrisa de empresario exitoso. �A m� tr�igame unas alb�ndigas de cocodrilo de Culiac�n, en salsa de mayonessa casera, queso y berros� el maridaje de su selecci�n�, agreg�. �En este lugar, la cava tiene m�s de 600 botellas� dijo como aquel que da a conocer un hecho irrefutable. �Y eso ser� todo, Capit�n, nuestro amigo el Secretario ya se va� Tiene un asunto muy importante que atender… Dale mis saludos respetuosos a la Primera Dama.”

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