¡La paz esté con vosotros!

Hijo querido, desde donde descansa mi alma liberada, me congratulo enormemente por todos tus éxitos y logros. No existe más que regocijo en mi corazón. No siento más que orgullo por tu importante labor. Eres un patriota y un hombre apegado a la ley divina. Lástima que no pueda decir lo mismo de otro de mis hijos, pero ¡bendito seas tú y la estirpe de nuestro buen nombre!… No cabe duda que la educación severa aunque piadosa, marcó para siempre a tu vida de soldado de Dios.

Me preocupa este asunto de la píldora del día siguiente. Yo que luché toda mi vida fanáticamente contra el México ateo, el México ignorante y de izquierdas, el México majaderamente masónico, el México a manos de mentecatos pro-judaicos, sé por lo que estás pasando. Pero no permitas que tu espíritu flaquee sin importar los embates recibidos. Recuerda que esta querella no es de este mundo y que más vale aparentar ser un necio burdo, que dar dos pasos atrás en nuestra incansable batalla para que los mexicanos y el Estado, vuelvan a estar bajo el cobijo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, heredera legítima de Dios, ¡única religión verdadera!.

Mucho ha sido el camino recorrido que hoy tú llegas al tramo final. Muchas las penas sembradas por nosotros que ahora tú cosechas; ríos de sangre derramada de tanto mártir que ahora representas. ¡Mantente firme! ¡Rezos y flagelos! ¡Confía en Dios! ¡Seguridad por amor a Dios y por amor al ideal de un México que siga su palabra y la Verdad de la santísima Iglesia!

Este asunto de la píldora del día siguiente, no cabe duda, es como en mi época lo fueron las faldas arriba de los tobillos: una conspiración judío masónica. ¿Recuerdas que yo te lo comprobé en varias ocasiones cuando eras pequeño? Por eso las combatí fieramente. Y como no me mantuve firme, luego llegaron las minifaldas. Lo mismo te pasó con el libro de Aura de Carlos Fuentes que enseñan en las secundarias públicas. Por eso no te permití nunca mirar la televisión ni asistir al cine… y veo que ahora lo comprendes. Es lo mismo que con la literatura pagana; nada más aceleran las hormonas de los jóvenes que pronto se tornan hacia la homosexualidad y el onanismo. En ese entonces, cediste un poco, y luego ya no pudiste hacer nada para detenerlos. Y hoy la cosa no es distinta que antes. Es solo que el sionismo, va generando nuevos métodos para pervertir y controlar a las juventudes, y alejarlas de Cristo como lo hizo el Sanderín con San Pedro (no olvides que por el juego psicológico que le hicieron los judíos masones de la época, hasta negó tres veces a nuestro Señor).

Yo sé que la gente te inundará de críticas. Pero eso sucede porque no pueden mirar más allá de sus narices. Por eso hasta el más ignorante defiende el laicismo. Porque no sabe que así le está pegando a Dios en el ombligo. Por eso mismo no se han dado cuenta de que Frenk es un apellido judío. Por eso mismo creen que las mujeres pueden decidir si embarazarse o no. ¿Quiénes se piensan que son esas muchachitas? ¡Uno solo tiene el derecho de seguir la voluntad celestial! Ah, no, pero luego por eso se creen que tienen la libertad para ser parte de una secta, o creer lo que les convenga, o alabar a un Dios falso que comprende y no castiga, o el cuento de que si pueden, deben evitar la concepción no deseada. ¡Malditos Libertinos! Luego por eso se creen el cuento de que sentir placer físico es bueno, cuando Dios nos dijo que hemos venido a este mundo solo para sufrir .Luego por eso creen que las violaciones no son culpa de ellas ni de sus padres que las dejan salir de casa con poca ropa o circular de noche solas…

Por eso los comunistas apoyan también esas medidas. Porque quieren que la mujer ya no se quede en casa, que ya no obedezca, que ya no sea la guardiana de nuestras creencias y tradiciones. Ya no quieren que los niños sean educados sino por la televisión o el Estado al servicio de sus diabólicos fines. Ahora quieren que la mujer trabaje, que sea un elemento más para crear y repartir riqueza. Las utilizan y ellas, pobres, que son seres que por naturaleza responden a estímulos únicamente, no tienen la madurez para distinguirlo.

Por eso, hijo querido, ¡no cedas! No permitas que la gente te argumente nada. Sus libertades se convierten en libertinajes y sus argumentos pueden ser tan convincentes como los de un niñato que desea comer un dulce… Nosotros que sí estamos educados para pensar, sabemos que hay que obligar al infante a que acuda a Misa y se confiese para que no se aleje inconscientemente de la religión de Dios. Y la sociedad mexicana es inmadura, es un niño que necesita de reglas y guías. ¡Qué más demostración de sus boberías e imposibilidad de distinguir entre lo bueno y lo malo que este mismo tema de la píldora del día siguiente?… ¿Ves cómo no pueden pensar por sí solos?…

Bienaventurado sea tu espíritu, hijo querido. Fuerza en esta lucha, que has honrado mi memoria. Ahora no te distraigas, y te repito antes de despedirme, que no cedas ni un centímetro. Ya luego resolverás sobre como oficializar el catolicismo y evitar los afeites en la mujer y prohibir la ropa escotada (si estuviera vivo, de nada mas imaginar unos senos rebosantes saltando por sobre la ropa, ¡me temblaría la piel del asco!)… Ya luego reactivarás el índice de Libros Prohibidos… Ya luego cambiarás completamente el rumbo de México y volverás la mirada de todos nuevamente hacia el cielo… Siempre ten presente que por lo que hagas hoy, mañana serás por siempre recompensado en el Reino de los Cielos. ¡Que Dios continúe en tu Espíritu!

Mantente siempre fiel.
Tu amado padre.

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