Casi alcanzo el relámpago. Pero ni’maíz, no se pudo. El maldito traidor no paso la orden a tiempo… Creyó que por llamar a segundos del arresto (cuando mi única escapatoria eran los tiros), yo me iba a creer que era derecho… ¡Seguro! Si casi casi me sacan en “hombros”, ¡carajo!

Hoy es tiempo de cosechar, pero ya llegará de nuevo el tiempo del huitlacoche, entonces verán más sangre que la de hoy, en niño con cáncer. Lo mismo pasó hace unos años y logré escapar. Unos verdes y pericos y todo quedó arreglado. Ni importa que el preciso sea otro, “el cambio” de la gente es de lo que les sobre de mi mochada … Y me la cobró a lo macho. Le saqué el atole al amigo porque él fue el que escupió fuera del frasco…

Lo que más me duele, es que nos agarraron a casi todos los de fiar. Creo que sólo unos cuantos se pudieron pirar. Pues si, ¿a cómo no nos iba a tocar si estábamos en tambora?. Y de a lueguito me fui a estampar con una lámpara de calle. ¡Ni las pedorras pude usar!… Con una sola me hubiera podido llevar a varios…

Malo es, que con tanto detenido, el cártel se reorganizará tan rápido que ya deben estar viendo quien nos sustituye… así es el poder y ahí se reduce la oportunidad… siempre hay menos fieles que ingratos… sobretodo en el gobierno. Mendigos. Primero piden para la campaña, ¿y luego?… ¡caña! Y es igual aquí que en el gabacho. Lo que es pura verda, es que por lo menos allá hay más respeto para el que es de los grandes. Los gringos saben que somos agricultores; empresarios. Saben que a los chicanos y a los negros, se los puede llevar la flaca, pero a nosotros nos cuidan hasta que dejamos de servir… tenemos el negocio rentable y diversificado. Igual aquí que allá, estamos en todos lados. Tenemos ojos en las paredes y oídos en los sordos. Más dinero que el petróleo, billete que se mueve por todos lados…Esto es lo que me pasa por andarme peleando. Pero no falta mucho para que me entere quien se cansó de mí. De otra, no nos hubieran calado. Ni nos tocaban, me cai…

No pos’si. En este avión el trayecto es corto pero la mente larga. En el hocico cerrado no entran moscas… y si el perro está muerto, ni daño que le hacen… ¿Me irán a asfixiar del cogote? Y yo que ya andaba pensando en qué sacar a cambio de mi silencio…. Recámara amplia, refrigerador, dvd, servicio y una vieja por mes. No más, no menos, porque la cabeza se pierde en el desequilibrio, y allá dentro necesito toda la cabeza posible para conservar el poder que tanto “amigo” me ha ido dejando… todo el equilibrio, menos un ratito una vez al mes…

¡No! ¡Ahorita ya no me acobardo! Ya sabía que me podía tocar y a puritito pantalón, estoy dispuesto a más que esto. Si me quieren muerto, ¡aquí esta mi cabeza!… Pero eso sí, no dirán que yo soy de los traidores ni de los desagradecidos. Los que fueron ley, la tienen cubierta. Solo escupiré a los malganados, a los que no fueron derechos. De los grandes, ni una palabra porque ni me lo creen ni me la acabo… Sólo lo suficiente para que antes de irme, me lleve a los ingratos, a todos ellos… ¡incluido el del pitazo!

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