Debo decir con toda verdad, que no voté por Calderón. Y eso que nunca me he identificado con el PRI y el pejeloco nunca me gustó. ¿Otros partidos? ¿De verdad hay otros? Ah, sí, tienes razón, está el del niño ese que su papá se lo compró… ¿Otros? No sé, el chiste es que no iba a tirar mi voto a la basura….

Pero debo reconocer también con toda verdad, que me gustó cómo Calderón venció a todos. Me gustó su constancia y prestancia, su frialdad en el proceso interno del PAN, su rebeldía contra el Espinoportuista, me gustó cómo derrotó a Creelenanodecuerpoyalma y cómo se lo ha traído desde entonces, comiendo de su mano. Esa es la verdadera razón por la que hoy me siento orgulloso de él y no por el que no pega más que con el apellido.

Me ha gustado durante su primer año, cómo combatió al narco para que se reacomodaran sus esferas que tontamente se rompieron el sexenio anterior y me ha gustado su mano firme en cosas importantes, y su indiferencia en cosas que no le incumben tanto como los muy conservadores tanto quisieran.

Quién me puede negar que no le guste como mandatario cuando desde pronto y antes que tonto retomó el poder Presidencial y se ganó de nuevo al pueblo y hasta al jefe Diego, y a Marcelo, que aunque no lo diga en público, hasta lo apoya en una que otra cosa. Sí, me encanta mi Presidente y lo digo con orgullo. Ya nos hacía falta encontrarnos con algo por igual. Ya nos lo merecíamos. ¿Qué es un santo? No, para nada. Es igual de diablo que el que más, pero por eso puede gobernar. Tiene la suficiente malicia para ejercer el poder, para castigar, para negociar, para brindar y para guiar. Es astuto, gestor, experimentado hombre parlamentario y por ende, brutal negociador.

Es más caray, díganme a quién no le gustó que se aprobaran las reformas fiscal y electoral. Sin duda, fue un golpe duro de Calderón hacia todos los demás; porque de que ganó, ganó. Se capitalizó. Cumplió. ¿A poco no es hasta impresionante ver que en México las cosas sí se pueden hacer? De nuevo tenemos premios internacionales, niños genios, reconocimientos. Y vamos pa’lante con eso. Un día tendremos una selección que ganará el Mundial. (Aquí entre nos, hasta me gusta cómo las televisoras están chillando como niñitas sin dulce por todo el dinero que perderán). Mientras menos idiotizados nos tengan los de los medios, mejor nos va. Total, ¿qué me cuesta un poco más de gasolina? Nada. A mí que más me da, veinte centavitos al mes me hacen como un peso o dos más en mi gasto personal. Porque de que lo necesitamos, lo necesitamos, ¿eh? Y expedito se ha visto Calderón en sus programas de integración de todos, y sus inicios de combate a la pobreza, verán ahora con esos 110 milagritos de más. Es que necesitamos acabar con esos veinte millones de pobres, para tener un país más justo y rebasar por la izquierda a los que se tocan el pecho con la zurda mientras roban con la diestra; esos que saltan vallas en las marchas calzando zapatitos Gucci de verdad.

Creo que Echeverría fue el que dijo que México podía tener presidentes pentontos, pero no sin blanquillos. Nada más falso. Ya lo vimos, vivimos y padecimos. Así que nel pastel, yo quiero un preciso abusado y con tanates. Total, si somos tantos millones de mexicanos, alguno cubrirá el perfil, ¿qué no? Y entonces se vuelve a ver racionalidad entre los gobernadores y hasta el congreso. Sí, hasta gusto de verdad da verlo. ¿A poco no?

Nos tenían dormidos, pero estamos despertando. Hasta me gustó como dio el grito. Fue institucional. Fue respetuoso y responsable; tradicional. Fue medido. Fue serio y prudente y enérgico. No fueron ni los grititos chillones de un Zedilligris hasta en la voz, ni fueron los alaridos descontrolados (e improvisados) que causaban pena ajena de un Foximprudente. Fue, según mi humilde entender, el mejor grito de Independencia que hemos tenido en últimas décadas. Vaya, hasta disfruté viendo el desfile militar y puse mis hijos a verlo… Sí, me siento contento de que aunque no lo favorecí con mi voto, haya ganado y no niego que gracias a él, hoy día de nuestra patria, puedo decir que de nuevo me siento orgulloso de ser mexicano. ¡Que Viva México!

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