Me extraña, cuántos celebran su muerte.
Al menos yo, no puedo celebrar la muerte de nadie. Y menos aún la de Pinochet, que escapó a la justicia con la muerte (verán que yo prefiero el castigo terrestre al “divino”).
Es una lástima. Ya no podremos verle tras las rejas.
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Y si, se celebra por todo el mundo, pero creo que a más de uno nos hubiera gustado que muriera en la cárcel.
si, otro más que se salva..suertudo.
saludos
byeeeeeeee
Y el próximo dictador homicida que se irá a calacas sin haber probado la justicia terrenal, es el barbudo de la islita. Qué cosas, caramba.
¡UPS!