Mucho se ha dicho ya del cierre de Mobuzz.tv. Quizás demasiado.

Sin embargo, a parte de encontrar recetas varias bien intencionadas (que si fueran tan simples como aparentan, todos seríamos empresarios, o chefs) y muchos desagradables pleitos, poco análisis real podemos encontrar en la web acerca de lo que sucedió. Por ello, esta pequeña reflexión, desde el punto de vista de un inversionista potencial.

No hay en este escrito, ni 5 ni 10 ni una centena de puntos válidos “para salvar” a una empresa. Mi único interés, es hacer una radiografía de lo que observo desde otro ángulo, esperando que este ejercicio pueda contribuir a abrir un debate de ideas más adecuado para estudiar de forma más objetiva y real, de los retos que enfrenta toda start-up en el mundo web.

A veces hace falta, además de un poco de suerte y un tanto de extrema perseverancia, la humildad suficiente para aprender de los errores de otros y las reflexiones de muchos para lograrnos un criterio que sea útil en la experiencia propia.

Aclaro que no se trata de hacer leña del árbol caído; se trata de ser claros, y por eso tengo que decir que en la caso de Mobuzz, la administración fue claramente mala. Tan mala fue, que los que podíamos invertir no lo hicimos por dos simples razones:

A) El modelo tomado y apuntado, no estaba bien planteado. Desde un inicio, no es sano, para ninguna empresa depender de un solo inversionista ni de un solo cliente. A veces es indispensable para iniciar, pero nada justifica quedarse así por tanto tiempo. El poder que este agente económico tiene sobre la misma, es demasiado. Tanto para hacer el bien, como para hacer daño. Vaya, es un error estratégico tan garrafal que a Mobuzz le ha costado la vida.
Además, si los mismos Enrique Dans y Martin Varsavsky no quisieron salvar la empresa con su propia plata, por ejemplo, eso nos deja a los demás muy claro que algo negativo ven en el modelo seguido. O si no negativo, no lo suficientemente fuerte para arriesgar la camisa en ello.

Sin un modelo de negocio bien definido y sin la flexibilidad necesaria para cambiar de rumbo según soplen los vientos, cualquier empresa esta condenada al fracaso (ahora saldrán muchos a decir que el modelo estaba bien definido, pero de haberlo estado, no nos encontraríamos discutiendo este tema, ¿no es cierto?) Aunque los costos y erogaciones pueden ser proporcionalmente pequeños, si no hay una forma consolidada de ganar dinero, el proyecto tiene los días contados, sin importar lo bueno que sea (¿recuerdan el caso de la Wikipedia?), en especial porque en la definición económica de “bien público“, no existen en internet, entidades desinteresadas en el capital que vean un beneficio mayor en el mantenimiento no utilitario de la misma.

Claro, hay excepciones, Twitter por ejemplo (además de que una es empresa de contenidos y Twitter es una red social). Esta red social que nadie entiende bien a bien como comercializarán, tiene muchos millones de usuarios más que Mobuzz, tiene un efecto adictivo que no tenía la primera, y tiene algo que actualmente se presenta como más valioso: una brutal cantidad de información que diariamente circula por sus arterias y que se puede llegar a administrar y comercializar -hasta personalizándola- de una forma hasta cierto punto, más adecuada que la del mismo facebook.

B) Quienes tenían el control no llevaron las cosas como se deben llevar en una empresa que inicia (¿ahora que se ha obligado al despido a tantos, las cosas las ven diferentes?, nosotros los inversionistas, no). Ya había tiempo de malas decisiones tomadas, demasiados frentes abiertos sin negocios cerrados, equipos comerciales mal formados, al vapor, sin experiencia.

Por alguna razón que no conozco, los emprendedores del internet muchas veces olvidan la lógica más simple, como que no reconocen que el mercado es sabio, aunque muchos detesten aceptarlo. Quizás sea por la inexperiencia, quizás porque aún no se logra profesionalizar el sector, o quizás sea una consecuencia de lo que platicábamos en nuestra semanal reunión de CHM con Andrés Bianciotto y Dany Saadia: tenemos que dejar de sentirnos infalibles. La web 2.0 -en especial la hispana- no tiene autocrítica, y no la toleramos tampoco cuando viene de fuera. Ese orgullo absurdo, puede matarnos.

En el mundo web como en cualquier mundo empresarial, sobrevive el más apto, no el más fuerte ni el que consigue más financiamiento para un proyecto; mucho menos el que más gasta. El mercado define qué es lo que los demandantes están dispuestos a pagar por una oferta. Los demandantes definen si un servicio, blog o vlog o network, etc., les interesa y les sirve lo suficiente como para hacerlo sobrevivir. La administración interna del negocio, es la que debe asegurar que los ingresos sean mayores a los egresos.

Ya pasó la época del romanticismo. Ya de tiempo atrás, hay que olvidarse de invertir millones esperando pérdidas, para luego de algunas docenas de meses, creer que se revertirán. Ese paradigma de pensamiento tiene que contenerse; y lo hará, poco a poco, conforme vayan desapareciendo estas empresas no rentables. En especial porque muy pero muy pocas empresas logran salir a flote con ese esquema, y en estas épocas es más lo que se tiene que perder que lo que se puede ganar. Por si fuera poco, en mi experiencia, esas poquísimas que lograron salir a flote fueron las que se llegaron a endeudar pero solamente para buscar la forma más adecuada de ganar dinero a cambio de lo que ofrecían, y no para mantener un gasto corriente con la esperanza de que algún buen día, llegara el dinero a borbotones como por obra milagrosa…

Todo indica que Mobuzz tenía que desaparecer. Su planeación –quizás demasiado futurista o adelantada al mercado actual- la encaminó. El mercado lo dictó. Su administración la empujó y la crisis, solamente lo aceleró todo.

Justo mientras escribo estas líneas, me entero de la llegada de lacomuna.tv, formada por exmobuzzeros (Martin Milone, Miriam Reyes, Carolina del Puerto, Edgar de Leon y Oliver Cuello Nuñez) que se niegan a caer. Mucha suerte les deseo y mucho me agrada su pasión. Para todos ellos, retomo lo que dijo Turner alguna vez: no fracasé nunca, estaba únicamente aprendiendo a triunfar.

Acerca de las fuentes de ingreso para empresas web:

Los medios nuevos, las empresas nuevas de cualquier sector -máxime las que viven de y por internet- debemos dejar de lado ese orgullo sin fundamento que nos nubla la visión y que nos hace decir “venga, acá queremos hacer TODO diferente”. No debe ser así. No tiene porque serlo. Si hemos visto que un modelo funciona en otros sectores, es tonto descartarlo por que sí. Por ejemplo, la TV formal tiene dos modelos de negocio: uno de paga (por suscripción) y el otro abierto. Los vlogs, blogs, networks y demás, no tienen porque perder demasiado tiempo intentando encontrar el hilo negro, porque los otros dos hilos fosforescentes les pueden cortar la cabeza en el trayecto.



En el caso de la TV abierta, de acceso “público”, lo que la hace ganar dinero, es su influencia en el consumo de sus millones de usuarios, de videntes. Venta de publicidad pura y mucha. Al menos en México, por cada hora de transmisión, 18 minutos son de publicidad; el treinta por ciento. Yo me pregunto –y sólo por poner un caso- ¿por qué luego tememos o satanizamos que los vlogs transmitan intermitentemente, dentro de sus shows, un 30% de contenido publicitario? ¿Por qué insistimos en hacer las cosas diferentes? ¿Por qué si hemos visto que ese modelo funciona, nos negamos en la web 2.0 a poner inserciones comerciales dentro del contenido? ¿Con qué cara llega un vendedor a decirle a un potencial comprador que no, que lo único que puede venderle por tarifa alta, es su logo impreso en la playera de la chica que presenta? (Ojo, no estoy diciendo con esto, que ésa sea la única solución a un problema de financiamiento de un vlog. Lo que estoy haciendo es cuestionar la inflexibilidad que muchas veces se muestra )

En el caso de la tv por suscripción (cable, satelital, etc.) los contenidos, la organización y la asociación con otras empresas del mismo tipo que permiten llegar a un gran número de personas con un nivel socioeconómico medio y alto, son los que permiten dar el brinco de la tv abierta a este sector. ¿Ustedes creen que Mobuzz podía ser empresa de este tipo? Yo creo que no. De haber existido esa condición, seguramente la habrían tomado de tiempo atrás. Y no se trataba de comprar tiempo para crear “adicción” o una necesidad en el consumidor. Se trataba de que en internet, pocos son los suscriptores que pagan por un servicio (a parte de sitios porno) y poco probable es que paguen por un video blog informativo, sin importar lo guapas que estén las chicas. En otras palabras, Mobuzz aún no tenía los contenidos ni el público cautivo ni la asociación con otros, que le hubieran permitido saltar a este esquema en el mediano plazo. Y eso que no me meto en cuestiones tecnológicas ni de móviles…

Los tiempos de crisis son tiempos de definición y redefinición de las cosas; de las estrategias, de grandes oportunidades también. ¿Tu que te has planteado para tu empresa, para tu start-up?… Como decía Sir Francis Bacon: El tiempo es la medida de los negocios, como el dinero lo es de las mercancías…

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